Internacional

23/06/2025 23:33

Gisela Singer en primera persona: cómo se vive el conflicto Israel-Irán desde adentro

Esta mañana, desde el norte de Israel. Gisela Singer —mamá de tres, argentina — compartió con Mesa Chica cómo atraviesa con sus hijos este nuevo capítulo del conflicto entre Israel e Irán. Son casi las 19:00 h cuando se conecta: la alerta sonó dos veces durante la mañana y pasaron horas en un refugio vecino, algo cotidiano para ella desde hace años.

“Son momentos de estrés total, corrés al subsuelo y no sabés si vas a volver a casa al toque”, cuenta. Gisela vive en el norte de Israel, a unos 10 km del Líbano. Hace casi cuatro años que está allá, y viene lidiando con este ritmo desde 2006, cuando ocurrieron ataques con cohetes. La clave: atender las alarmas —que ahora pueden durar una hora— y correr al refugio más cercano. “La gente está entrenada: la sirena suena y todos saben qué hacer”, explica.

La vida no se detiene pero sí cambia: escuelas y jardines integran a los chicos en protocolos de emergencia. Gisela comenta que incluso reciben charlas de psicólogos para chicos y adultos, para que no se paralicen por la incertidumbre. “Mi hija tiene a su psicóloga siempre disponible, mi hijo mayor se comunica por WhatsApp para avisarme si está bien… Y bueno, yo los rezongo un poco para que no me generen más ansiedad, jajá”, comenta con frescura.

La gran pregunta: ¿pensás en volver a vivir en Argentina? Su respuesta es clara: “No volvería a vivir allá, al menos por ahora —explica—. Iría de visita, me muero de ganas de abrazar a mi gente, pero acá armé un nuevo mundo, un círculo social que no estoy dispuesta a volver a empezar desde cero”.

Sobre este momento delicado que atraviesa el país, Gisela tiene un mensaje profundo: “Irán busca destruir a Israel y a todo aquel que no se pliegue a su régimen. Si no se frenaba ahora, no estaríamos en paz ni nosotros ni los países vecinos”. Una postura firme, que refleja el sentir de muchos que viven allí.

Con esperanza —y también la ironía de quien lo escuchó cientos de veces— cierra: “Ojalá que esto pase pronto. Estamos en verano y queremos ir a la playa, jugar con los chicos y volver a vivir en paz. Eso es todo lo que pedimos”.

Esta fue la charla con una argentina en el norte israelí, un testimonio real, directo y cargado de humanidad, que nos deja ver cómo —lejos o cerca— seguimos conectados con lo que sucede en el mundo. La lejanía física no impide que el corazón siga latiendo fuerte por la seguridad y la vida en familia.



Buscar