Salud

15/05/2025 21:13

Adicción al celular: la trampa digital que nos gobierna

La licenciada María Morató volvió al estudio de Mesa Chica para reflexionar sobre una problemática que nos atraviesa a todos: la adicción al celular. En una charla distendida pero profunda, explicó cómo el dispositivo móvil pasó de ser una herramienta de comunicación a convertirse en un entorno emocional y social que nos condiciona.


“Hoy el celular no es solo un teléfono. Es oficina, espejo, escenario, diario íntimo y fuente inagotable de dopamina”, explicó Morató. Y lo que parece un hábito común, como revisar el celular cada pocos minutos, se revela como un patrón de dependencia que tiene consecuencias: ansiedad, falta de atención, insatisfacción crónica y dificultad para vivir el presente.


La licenciada subrayó que esta compulsión no distingue edades. “Los chicos ya no miran a los ojos, no saben qué hacer fuera de una pantalla. Para muchos, el único entorno real es el digital. Y eso es alarmante”, afirmó. También apuntó que las redes sociales funcionan como una versión editada de la vida, donde solo se muestra lo “lindo”, alimentando una cultura de comparación permanente.


Consultada sobre cómo regular ese vínculo con el celular, Morató fue tajante: “No hay recetas mágicas. Si no lo querés cambiar, no va a pasar”. Recomendó usar las herramientas del propio dispositivo, como alarmas de tiempo límite o apps de control, pero remarcó que la clave está en tomar conciencia y redistribuir nuestra atención hacia otras actividades como la lectura, el juego, el deporte o los vínculos reales.


Además, alertó sobre los riesgos del "scroll infinito", esa navegación sin rumbo que nos desconecta de nosotros mismos. “El celular está diseñado para que te quedes. El desafío es recuperar el poder de decidir cuándo, cómo y para qué lo usamos.”


Finalmente, dejó un mensaje claro: “Lo que no estás cambiando, lo estás eligiendo. Somos responsables de a qué le damos nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra atención.”


La columna de Morató se despide con humor y con un reto: reducir el tiempo de pantalla y recuperar el control. “Las redes pueden ser hermosas si las usamos con conciencia. No dejemos que nos manejen la vida.”



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