Salta

6/11/2023

¿Ahora cuál es la excusa?

Mientras la situación del combustible se soluciona paulatinamente, el interior de la provincia continúa sin transporte.

La pasada semana, la excusa para frenar las actividades -y que el interior de la provincia sea el sector más golpeado por esto- fue la falta de combustible. Ahora, con la situación casi que solucionada, el conflicto continúa dejando en evidencia el abandono que incansablemente buscan visibilizar quienes lo padecen.

Hoy, el colega Angel Mansilla compartió en su cuenta de X un video donde expone el corte de ruta que llevan adelante habitantes de Salta Forestal sobre Ruta 41 exigiendo que se reactive el servicio de transporte de la empresa Urkupiña, la misma que lleva un par de semanas sin transitar también en Tartagal. Uno de los grandes conflictos en esta arista del problema, no tiene tanto que ver con el combustible, sino con la pésima distribución de los subsidios entre Salta Capital y el interior de la provincia. Sáenz reproduciendo el federalismo berreta del que tanto se queja.

Por otro lado, en la ciudad capitalina pudieron asegurar el servicio de transporte público sin siquiera reducir la frecuencia. En esta misma línea, podríamos asegurar entonces que los recursos no sólo monetarios, tampoco llegan al interior. Por otro lado, privados si vivieron injustamente la falta. Por ejemplo, una escuela para jóvenes con discapacidad debió suspender las clases por no poder buscar a sus estudiantes al no poder abastecer su Traffic.

El involucramiento del gobierno de la provincia hubiera sido ideal. Pero considerando que las traffics de las escuelas del interior -que son de su responsabilidad- también quedaron a su suerte, no sorprende que esta cuestión tampoco les mueva un pelo. Si no hay negocio como con SAETA, no hay urgencia de gestión.

Comunidad el Cardonal sobre la ruta 54 (Sta. Victoria Este), 80 menores no están asistiendo a clase por este motivo. Los transportes están interrumpidos por “falta de pago al personal. Del gobierno a sus tercerizados” según nos comunicaron fuentes cercanas a las comunidades originarias. Otros 100 menores deben caminar kilómetros y kilómetros por una ruta que los expone a tráfico de todo tipo para llegar a la institución y poder acceder al comedor.


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