26/11/2025 18:55
Misterios en el cielo: la mirada de Huaity González
El investigador repasó en Mesa Chica algunos de los episodios más impactantes del fenómeno ovni en Argentina y reflexionó sobre cómo interpretamos lo desconocido.
Eduardo “Huaity” González llegó a Mesa Chica con una certeza: hablar de ovnis y fenómenos inexplicables no es un asunto menor ni pasajero. Desde el inicio de la conversación, dejó claro que no todo lo que se cataloga como “paranormal” pertenece a la misma categoría y que muchas veces los relatos se mezclan, se confunden o se interpretan según la época.
González explicó que el concepto de “paranormal” nació como una etiqueta para lo que no tenía explicación científica, pero aclaró que el fenómeno ovni no entra necesariamente en ese campo. “Son fenómenos distintos, con tratamiento distinto. Hay documentos, testimonios, registros. No es lo mismo que una experiencia subjetiva”, señaló.
Durante la entrevista, repasó algunos de los casos más fuertes y documentados del país, entre ellos el incidente de Orán de 1978, conocido como “el Roswell argentino”. Lo describió como un hecho de magnitud inédita: miles de testigos, una explosión que sacudió dos países, intervención militar, censura y un silencio oficial que nunca se rompió. “Quedaron marcas en el terreno, daños estructurales, máquinas dadas vuelta. Y aún así, nadie explicó nada”, dijo.
También mencionó el caso de Trancas, Tucumán, de 1963, investigado por universidades, fuerzas de seguridad y especialistas internacionales. González recordó que la escena vivida por esa familia inspiró incluso una secuencia de la película Encuentros cercanos del tercer tipo. A esto se suman episodios más recientes, como la misteriosa implosión de una vivienda en el conurbano bonaerense, donde el Estado intervino rápidamente sin ofrecer explicaciones.
Para González, un punto clave es que estos fenómenos se reinterpretan con el paso del tiempo. “Antes lo inexplicable se veía como apariciones religiosas. Hoy, como extraterrestres. Los relatos cambian según la tecnología y la cultura”, afirmó. Pero sostiene que detrás de todas estas historias hay algo que las personas realmente vivieron, aunque no podamos describirlo con precisión.
El investigador destacó que, contrario a lo que muchos creen, hay una cantidad inmensa de material para estudiar: millones de fotografías, denuncias diarias en todo el mundo y casos que comienzan a ser desclasificados por fuerzas aéreas. Sin embargo, remarcó que para los gobiernos el interés no es espiritual ni filosófico, sino de defensa. “Si algo puede entrar en tu espacio aéreo sin que puedas detenerlo, tenés un problema”, apuntó.
En la parte final, González se abrió a temas más amplios, como las civilizaciones antiguas, las pirámides y los vestigios arqueológicos que siguen reescribiendo la historia. Señaló que cada nuevo descubrimiento empuja hacia atrás la línea del tiempo y que muchas construcciones consideradas imposibles para la antigüedad hoy tienen explicaciones que recién estamos redescubriendo.
Para él, el verdadero desafío no es creer o no creer, sino animarse a preguntar qué está pasando. “Hay demasiados testimonios, demasiados registros y demasiados casos para seguir mirando para otro lado”, concluyó.