Salta

23/06/2022

Orán: otra vez los gendarmes violentos

El cabo primero de Gendarmería Nacional Paul Cornú, de 35 años denunció a tres de sus colegas del Escuadrón 20 de Orán por torturas, vejaciones y amenazas de muerte.

El suboficial detalló que el jueves último, junto a sus hermanos, que fueron interceptados por tres gendarmes que, sin identificación y sin mediar palabra, le apuntaron con un arma 9 milímetros cargada con balas de plomo al más joven de sus hermanos, de 19 años y, al interceder en su defensa, lo sometieron a una paliza que duró alrededor de 15 minutos, por la que terminó internado.

El denunciante es oriundo de Orán pero prestaba funciones en Buenos Aires. En la ciudad norteña residen su hijo de 6 años, su madre, su padre y sus hermanos. Cornú contó que se encuentra en “disponibilidad” en la fuerza porque demoraron en concederle una licencia y viajó sin permiso a Orán. Explicó que había informado que necesitaba llevar a su hijo a consultas con especialistas médicos programadas en Salta Capital.

El jueves pasado sus hermanos de 30 y 19 años cruzaron la frontera hasta Bolivia para comprar ropa, y él los acompañó porque quería comprar un regalo para su hijo. Cuando quisieron regresar, un hermano sugirió pagarle a un bagayero para que les pasara el fardo de ropa y eso hicieron.

Cuando esperaban al bagayero del lado argentino. “Llegó una camioneta Amarok, simple cabina, no identificada. Salen tres gendarmes y nos apuntan con una pistola sin mediar palabra. Lo encaran a mi hermano más chico, uno de los gendarmes carga una reglamentaria 9 milímetros, con bala de plomo y se la puso en la cabeza”, relató Cornú. Dijo que los gendarmes actuaron “sin identificación, sin galones, estaban haciendo lo que ellos querían”.

“Pará, viejo, ¿cómo le vas a cargar así la pistola? ¡no te está haciendo nada!”, refirió que le dijo a un gendarme intentando defender a su hermano.

“Me llenaron de gas pimienta a mí y a mis hermanos. Me metieron en medio del monte, y me dieron una paliza. Un gendarme cargó el arma y me apuntó a la cabeza mientras me decía ‘vos sos un mugriento más, nadie va a llorar por vos’”, detalló.

“Me golpearon en la cabeza, la espalda, el oído, con patadas y piñas. Me patearon el oído y yo les pedía por favor que me dejaran, que ya me habían pegado mucho. Ellos decían que no, que yo era mugriento más y que ellos iban a hacer lo que quieran”, añadió. “Uno se sacó el correaje y con las hebillas de metal me empezó a pegar en la espalda. Duró entre 10 y 15 minutos. Los autores eran los tres”, ratificó. El denunciante difundió una fotografía de su espalda lastimada por los golpes.

Contó que después de la paliza los gendarmes le sacaron las zapatillas. “Me hicieron correr a orillas del río sobre las piedras y con los pies descalzos. Me hicieron cruzar el río para que quede de la otra orilla, me dijeron que si yo volvía, me mataban”, relató.

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