Salta
10/10/2023
Poco se habla de los “prestamistas colombianos”
Una docente salteña recurrió por necesidad a un préstamo informal y ahora quieren cobrarle 1000% de intereses.
Ante la profunda crisis económica que atraviesa nuestro país, no podemos juzgar a trabajadores precarizados y jubilados que recurren a los métodos menos convenientes para conseguir dinero. En este caso, María Gómez, una docente de nuestra provincia, fue estafada por uno de estos famosos “prestamistas colombianos”.
Es un secreto a voces lo que sucede con estos usureros, muchos y muchas ya hemos escuchado las historias de viviendas destruidas por demoras en pago y cosas aún peores. María es una de las tantas personas que cayeron en las garras de estas personas que no dudan en aprovecharse de la necesidad de la gente.
Con la intención de poder pagar una cirugía, la maestra decidió acudir a un “prestamista colombiano”. Recibió $150.000 y al cabo de algunos meses, incluso tras cancelar el préstamo, la hostigaban a diario exigiéndole el pago de intereses por $1.800.000. Ante el acoso, decidió denunciar al estafador y advertir a la población sobre este peligro haciendo su caso conocido en El Tribuno.
"En el mes de mayo tuve una necesidad económica extrema, estaba pasando por una situación muy delicada y tuve que buscar a ver quién me hacía un préstamo, porque el banco no me lo facilitaba", recordó y sumó que llegó al prestamista por una recomendación de boca en boca. “Le pedí la suma de 150.000 pesos y me los otorgó en el acto", aseveró la docente agregando que estas personas se manejan sin papeles y sin firmas de por medio; sino que tienen una ficha en donde van registrando el pago de las cuotas: “En mi caso yo lo hice por un mes, y al mes siguiente tenía que devolver el doble: 300 mil pesos, es decir el cien por ciento. Y la verdad es que acepté esas condiciones porque no me quedaba otra".
"Cuando voy a querer pagar al mes siguiente, justo me surge otro inconveniente por la salud de mi padre y no podía pagar el préstamo, entonces le dije si le podía dar en ese momento los 150.000 pesos y que a los días le cancelaba el saldo siguiente, los otros 150 mil, y me contestó que no, que tenía que cancelar. Pasaron un par de meses y, casi de milagro, le pude pagar 90 mil pesos y 400 dólares, que en ese momento, eran 200 mil pesos, y al cabo de unos días conseguí y les di 200 dólares más, o sea 100 mil pesos. En total, incluyendo los supuestos intereses, ya le había pagado con mucho sacrificio casi 400 mil pesos, sin embargo hace una semana me exigió el pago de 1.800.000 pesos", contó Gómez.
Si bien no advirtió amenazas de muerte, la insistencia era constante les pedí que al menos me hicieran en cuotas los $1.800.000, y se cerraron que querían todo el dinero junto". Además de los mensajes diarios, los prestamistas iban a la casa de la mujer para observar sus movimientos e intimidarla.
¿Conocés a alguien que haya pasado por una situación similar?