Policiales
26/09/2025 08:41
Triple crimen narco de Florencio Varela
El triple crimen de Florencio Varela dejó al descubierto una trama de venganza, silencio y brutalidad que sigue sacudiendo al país.
El caso de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez sigue generando conmoción. A seis días de su desaparición y apenas horas después de hallarse los cuerpos, las familias despidieron a las jóvenes mientras la investigación avanza sobre un posible móvil narco como la primera hipótesis firme.
Las tres chicas habían sido vistas por última vez el viernes 19, cuando subieron a una camioneta Tracker blanca en Ciudad Evita. Desde entonces, sus familiares reclamaron sin descanso hasta que la Justicia comenzó a mover piezas: las cámaras de seguridad marcaron el trayecto del vehículo hasta Florencio Varela, donde la historia tomó un rumbo siniestro.
El martes 23 la policía llegó a una vivienda en Villa Vatteone y se topó con una escena de horror. Allí se detuvo a una pareja que limpiaba la casa con cloro y lavandina, y en pocas horas aparecieron los cuerpos enterrados y mutilados en el patio. El hallazgo derivó en nuevas detenciones, entre ellas la dueña del lugar y un acompañante, y abrió la línea narco como principal explicación del crimen.
Las autopsias confirmaron la brutalidad: las jóvenes fueron asesinadas entre la noche del viernes y la madrugada del sábado tras sufrir torturas aberrantes. Incluso los investigadores sospechan que el triple crimen pudo haber sido transmitido en vivo en un grupo cerrado de redes sociales, vinculado a la banda de un narco apodado “Pequeño J”.
El fiscal Adrián Arribas tomó la causa y ya cuenta con una cronología detallada de los hechos. Los cuatro primeros detenidos se negaron a declarar, pero la pesquisa apunta a que el móvil fue una venganza narco con sello de mafia.
El dolor de las familias se mezcló con la indignación social: hubo marchas en La Tablada, Flores y Florencio Varela, mientras vecinos y organizaciones reclamaron justicia y cuestionaron la falta de reacción temprana de las autoridades. El caso no solo expone la crudeza del crimen organizado, también deja al desnudo la fragilidad del sistema frente a la violencia narco que golpea cada vez más fuerte en el conurbano bonaerense.