Salta
11/09/2023
Ah pero en mayo…
Sáenz felicitó en su día a las mismas docentes que mandaba a reprimir.
Si hay algo que marcó el primer semestre del año en nuestra provincia, fue el paro docente. Este empezó en mayo y en algunas localidades continua aunque esté terriblemente invisibilizado el reclamo, que no es solo salarial.
De marzo a julio varias escuelas no pudieron dictar clases por la medida de fuerza, mientras el gobernador Gustavo Sáenz y su ministro de educación, Matias Cánepa, se negaban a negociar con autoconvocados y mandaban a reprimirlos en el peaje de AUNOR y en la puerta del Grand Bourg. Los legisladores y legisladoras de la provincia, en consonancia, discutieron sobre tablas un proyecto de ley que básicamente prohibía las manifestaciones y protestas públicas para intentar frenar el conflicto de la manera menos constitucional que se les pudo ocurrir. Ante el escándalo a nivel nacional que se generó (con intentos de réplica en Jujuy), finalmente fue vetada.
Mientras tanto, los edificios de las instituciones en ruinas por un abandono total durante la pandemia. Dos años sin laburar clavó Canepa y ahora no podemos decir que el saencista se esmere mucho: actualmente hay una escuela especial tomada por los padres y madres de los alumnos hace cuatro meses por las pésimas condiciones (un baño para 80 menores que se comparte con el personal). El ministerio no se hizo presente en el lugar y es algo que ya había sucedido meses antes en Orán
Otra situación que fue moneda corriente en el último tiempo fueron techos caídos, hacinamiento, faltas de agua, de luz y demás en las escuelas. Por ejemplo, hace apenas dos meses, en la Escuela San José Nº 4014 contaba con al menos 20 alumnos de la institución están teniendo clases en un pasillo y otro grupo comparte aula con otros niños, debido a un problema estructural en dos aulas.
Así y todo, se dan el lujo de felicitar a los maestros en su día, cuando en la cotidianeidad le quitan toda dignidad a esta profesión que es el génesis de todo.