Economía
20/10/2025 21:38
Educación en Desigualdad
Pablo Pereyra, presidente de la Asociación de Establecimientos Educativos Privados de Salta, habló en Mesa Chica sobre la situación de los colegios privados sin aporte estatal, las diferencias con los confesionales y los desafíos económicos que enfrenta el sector.
Pablo Pereyra conoce el sistema educativo desde adentro. Fue docente, directivo y hoy encabeza la Asociación de Establecimientos Educativos Privados de Salta, un sector que, según sus palabras, “lleva más de 35 años reclamando igualdad de condiciones frente a los colegios confesionales”.
Durante su paso por Mesa Chica, Pereyra explicó que una gran parte de la sociedad aún desconoce que no todos los colegios privados reciben aporte estatal ni pertenecen a la Iglesia. “Hay una diferencia muy grande entre los establecimientos. Muchos creen que todos son católicos o que todos tienen ayuda del Estado, y no es así. Los que dependen de la Iglesia reciben entre un 40 y un 100% de aporte, mientras que nosotros no tenemos ningún tipo de ayuda”, señaló.
El dirigente también detalló las dificultades que enfrentan los colegios laicos para sostener su funcionamiento. “Nuestros únicos ingresos provienen de las cuotas, y con eso debemos cubrir sueldos, alquileres, mantenimiento y servicios. A diferencia de los confesionales, que cuentan con edificios propios y hasta están exentos de pagar el agua, nosotros somos todos inquilinos. Cualquier aumento salarial o paritario nos golpea de lleno”, explicó.
Respecto a las cuotas, Pereyra admitió que los aumentos de los últimos años generaron preocupación en las familias, pero aseguró que fueron inevitables. “El año pasado los incrementos salariales fueron mes a mes, y eso nos obligó a ajustar las cuotas con la misma frecuencia. Este año intentamos hacerlo cada tres meses para no asustar a los padres. Aun así, la realidad es que tenemos diez cuotas para afrontar trece meses de sueldos”, comentó.
El titular de la asociación también cuestionó el reparto de los vouchers educativos y las ayudas estatales. “Los vouchers solo alcanzaron a colegios que ya tienen aportes del 75% o más. O sea, a los que menos lo necesitan. Mientras tanto, los que sostenemos las instituciones con esfuerzo no recibimos nada. Los papás de nuestros alumnos pagan impuestos que van a financiar otros colegios, cuando deberían destinarse al lugar donde estudian sus hijos. Es absurdo”, sostuvo.
Pereyra insistió en que el reclamo del sector no busca quitar recursos a otros establecimientos, sino lograr una distribución más equitativa. “Queremos lo mismo que los demás, ni más ni menos. El colegio privado cumple una función social clave. Si desapareciéramos, el sistema público colapsaría. Somos parte de la solución, no del problema”, afirmó.
Sobre el futuro, el referente educativo fue cauto pero esperanzado. “Si se mantiene la estabilidad inflacionaria, creemos que no habrá grandes saltos en las cuotas. Aun así, seguimos dependiendo de decisiones que no tomamos. Necesitamos previsibilidad y, sobre todo, voluntad política. La educación privada también educa, también da trabajo y también merece apoyo”.
Antes de despedirse, dejó un mensaje claro a los legisladores y funcionarios: “Los aportes estatales no los paga la provincia, los pagamos todos con nuestros impuestos. Por eso deben ser para todos. No pedimos privilegios, pedimos justicia”.