Salta

20/09/2023

El interior cada vez más olvidado por Gustavo Sáenz

Una escuela a la que asisten  390 infancias, sin baños ni comedor en Santa Victoria Este. Y no es la única en estas condiciones.


Gustavo Sáenz llegó a la gobernación con la promesa de priorizar y subsanar las crisis de la provincia. Pero estas solo se han ido profundizando. El abandono del interior es alevoso, no solo por la falta de obras, sino por el destrato que viven quienes allí habitan.

En mayo comentamos que en la escuela N° 4123 Isi Nilataj -una de las principales de Santa Victoria Este-, dan de comer a 400 infancias en un comedor sin sillas y sin baños en condiciones. A día de hoy, la ayuda no llegó aunque se llevaron incontables notas a Ruben Figueroa, el ñoqui supremo del ministro de educación, Matias Cánepa, a quien pusieron a cargo de la oficina de “Relaciones con la Comunidad”.

El problema se profundizó, ya no es solo el problema que no haya sillas y que los baños funcionen con un precario pozo ciego. Ni siquiera es la única institución de la zona que atraviesa estas falencias.

Están a punto de cerrar el comedor porque es insostenible la situación. “Hay 390 niños esperando para comer y no tenemos ollas en condiciones  para que les preparen la comida en la cocina, que está llena de cucarachas porque no tiene desagüe la pileta; y de tierra porque no hay dónde almacenar los insumos y corre viento”, se lee en el comunicado y suman “con 45°de calor solo hay 1 cañito para casi 200 compañeros del turno y los niños que no pueden hacer uso de los baños porque las mochilas no cargan agua”.

La vía jerárquica, burocrática, no les ha servido. Se cansaron de llenar formularios y no han tenido respuesta alguna, por lo que decidieron recurrir a los medios, la redes sociales y la comunidad para sacar todo a la luz una vez más. 

Venimos de un año muy turbulento en temas de educación, donde se le ha pedido a las maestras que tengan vocación, hace poco se reconoció el Día de la Docente Indigena, pero parece no importar que cobren miserias y trabajen en las peores condiciones. Pero este abandono mata pasiones y cansa a las incansables docentes que se quedan para que sus estudiantes no vivan un abandono más.

En un contexto difícil para todos, pero más para los sectores vulnerables, estas noticias son moneda corriente. Solo en lo que va de este mes, ya hemos hablado de una escuela especial tomada por los padres en Embarcación por las paupérrimas condiciones a las que someten a los estudiantes a asistir; y de otra institución donde una docente denunció maltrato infantil y fue trasladada.

No velan por la educación, no les interesan las infancias. ¿Qué hacen? ¿De qué laburan?



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